sábado, 27 de abril de 2013

¿Se puede saber ser maestro antes de ser maestro?


Entrevista Diego García sobre la formación de los maestros

Hace unos días entrevistamos a Diego García, profesor y asesor del CEP de Granada, al cual le planteábamos una serie de preguntas relacionadas con la formación del profesorado.
En cuanto a la formación de los profesores, Diego piensa que el problema empieza en la formación inicial recibida en la Universidad, ya que en ésta se sigue dando más importancia a la teoría, careciendo de las prácticas necesarias para que el profesor, cuando se incorpore a la escuela, esté preparado para enfrentarse a la verdadera realidad de las aulas.  Y en relación a los profesionales, el problema está en la falta de formación continua.
Como asesor del CEP de Granada, nos habla de esa formación permanente impartidas en los CEP.   Estos son centros subvencionados por fondos públicos, en la actualidad en la comunidad quedan unos 32, ya que los recortes también les ha afectado a ellos, degenerando en un descenso en la formación formal del profesorado.
En éstos centros se atienden las necesidades formativas desde distintas modalidades, presenciales, no presenciales, clases tradicionales, aunque existen otras como la autoformación, de la que nos comenta, que para él es la más potente.  Existen también  otras plataformas colaborativas, “Colabora”, dónde se intercambian opiniones e ideas.
Éstas necesidades o bien, son propuestos por la Consejería de Educación, por centros a petición de los profesores y por el CEP, dependiendo de las necesidades del momento y de los recursos económicos existentes, aunque a veces  no coinciden con la realidad, comentándonos que si tuviera que elegir él alguna interesante, se reducirían a dos o tres.
Con el avance de las nuevas tecnologías, las TIC, uno de los cursos más solicitados es el de pizarras digitales, pero tal como Diego nos comenta, ¿qué diferencia hay entre una pizarra digital y una convencional?, su finalidad es la misma, escribir, explicar o copiar los contenidos de una materia, por lo que podemos decir que no se trata de ningún avance en la enseñanza, no en lo que realmente se pretende, que los alumnos participen e interactúen, con maestros e iguales,  sean sujetos activos en el desarrollo de su aprendizaje.
En cuanto a la aplicación de esta formación en las aulas, lo que se pretende conseguir es aplicar simultáneamente lo que se va aprendiendo en los cursos, a ellas, con lo cual se conseguiría observar, paso a paso,  el desarrollo positivo o negativo en la práctica, de los conocimientos adquiridos, pero la realidad es que verificar esto es bastante difícil.
Le preguntamos a Diego, sobre cuál pensaba él que era  el motivo que impulsaba a los maestros a éstas formaciones permanentes. A ello nos comentaba que había de todo, profesionales comprometidos con la enseñanza, motivados por seguir aprendiendo e innovando y otros que sólo buscaban los sexenios, aunque ellos muy probablemente por la desmotivación existente ante los problemas de recortes, la situación de crisis que vivimos en la actualidad y el gran desprestigio que recae sobre la profesión docente.
En conclusión, ¿podemos saber ser maestros antes de ser maestros?, pienso que para ello la enseñanza tiene aún mucho que cambiar, empezando por las universidades, maestros y alumnos, toda la comunidad escolar debe involucrarse en innovar y cambiar las formas de enseñanza-aprendizaje.
Antes de llegar a ser profesionales, deberíamos encontrarnos con una formación que nos enseñe la realidad de nuestra futura profesión, la realidad de enfrentarnos a las aulas, conocer los problemas reales de unos niños que estarán en nuestras manos y de los que seremos en parte, responsables de su educación.  Debemos formarnos simultáneamente con los cambios, innovándonos con ellos, abrir nuestro “Maletín del Maestro” para buscar las diversas formas de motivar a unos niños influenciados por una sociedad individualista, hacerles ver que la formación no sólo depende del docente, sino también de ellos, ayudados por un guía, el maestro, al igual que éste tampoco debe dejarse llevar por los problemas que la sociedad le plantea, recortes, leyes educativas extrañas y descompensadas, debemos ser personas íntegras, fieles y comprometidas con nuestra vocación.
Debemos buscar un equilibrio, entre la necesidad de tener unos conocimientos, que indudablemente son necesarios para nuestra incorporación en la sociedad a la hora de conseguir un trabajo, y la forma de obtenerlos, ahí es donde todos debemos aportar nuestro granito de arena, buscando una enseñanza-aprendizaje didáctica, en todos los aspectos de nuestra vida, hay que trabajar el antes, durante y después, para conseguir un pleno desarrollo de nuestras vidas.

1 comentario:

  1. Excelente resumen de la entrevista, Mª José, buen trabajo otra vez.
    En cuanto a las prácticas en la carrera, yo también creo que deberían ser un elemento mucho más importante, más central en la formación. Sin embargo, toma nota de un par de cosas: en primer lugar, ahora en el Grado tenéis más prácticas que nunca en la carrera, ya verás. Sólo estás en primero y aún no lo sabes. No desesperes, que tendrás ocasión de tratar con niños en la escuela. La segunda cosa que quiero que anotes es la siguiente: en realidad, el problema no es tanto el número de horas o días de prácticas como la orientación de éstas. Dicho de otro modo: yo no defendería una carrera con un 90% de prácticas si solamente consisten en ir a la escuela, ver lo que hace el maestro tutor y repetirlo o imitarlo después. Igual que pasa con las clases en la Facultad, el quid de la cuestión no está en otra cosa que en la relación teoría-práctica, de la que ya hemos hablado en clase.
    Enhorabuena, buen nivel de reflexión. Y de compromiso.

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