Entrevista
Diego García sobre la formación de los maestros
Hace unos días entrevistamos a Diego García, profesor y
asesor del CEP de Granada, al cual le planteábamos una serie de preguntas
relacionadas con la formación del profesorado.
En cuanto a la formación de los profesores, Diego piensa que
el problema empieza en la formación inicial recibida en la Universidad, ya que
en ésta se sigue dando más importancia a la teoría, careciendo de las prácticas
necesarias para que el profesor, cuando se incorpore a la escuela, esté
preparado para enfrentarse a la verdadera realidad de las aulas. Y en relación a los profesionales, el problema
está en la falta de formación continua.
Como asesor del CEP de Granada, nos habla de esa formación
permanente impartidas en los CEP. Estos
son centros subvencionados por fondos públicos, en la actualidad en la
comunidad quedan unos 32, ya que los recortes también les ha afectado a ellos,
degenerando en un descenso en la formación formal del profesorado.
En éstos centros se atienden las necesidades formativas desde
distintas modalidades, presenciales, no presenciales, clases tradicionales,
aunque existen otras como la autoformación, de la que nos comenta, que para él
es la más potente. Existen también otras plataformas colaborativas, “Colabora”,
dónde se intercambian opiniones e ideas.
Éstas necesidades o bien, son propuestos por la Consejería de
Educación, por centros a petición de los profesores y por el CEP, dependiendo
de las necesidades del momento y de los recursos económicos existentes, aunque
a veces no coinciden con la realidad,
comentándonos que si tuviera que elegir él alguna interesante, se reducirían a
dos o tres.
Con el avance de las nuevas tecnologías, las TIC, uno de los
cursos más solicitados es el de pizarras digitales, pero tal como Diego nos
comenta, ¿qué diferencia hay entre una pizarra digital y una convencional?, su
finalidad es la misma, escribir, explicar o copiar los contenidos de una
materia, por lo que podemos decir que no se trata de ningún avance en la
enseñanza, no en lo que realmente se pretende, que los alumnos participen e
interactúen, con maestros e iguales, sean sujetos activos en el desarrollo de su
aprendizaje.
En cuanto a la aplicación de esta formación en las aulas, lo
que se pretende conseguir es aplicar simultáneamente lo que se va aprendiendo
en los cursos, a ellas, con lo cual se conseguiría observar, paso a paso, el desarrollo positivo o negativo en la
práctica, de los conocimientos adquiridos, pero la realidad es que verificar esto
es bastante difícil.
Le preguntamos a Diego, sobre cuál pensaba él que era el motivo que impulsaba a los maestros a
éstas formaciones permanentes. A ello nos comentaba que había de todo,
profesionales comprometidos con la enseñanza, motivados por seguir aprendiendo
e innovando y otros que sólo buscaban los sexenios, aunque ellos muy
probablemente por la desmotivación existente ante los problemas de recortes, la
situación de crisis que vivimos en la actualidad y el gran desprestigio que
recae sobre la profesión docente.
En conclusión, ¿podemos saber ser maestros antes de ser
maestros?, pienso que para ello la enseñanza tiene aún mucho que cambiar,
empezando por las universidades, maestros y alumnos, toda la comunidad escolar
debe involucrarse en innovar y cambiar las formas de enseñanza-aprendizaje.
Antes de llegar a ser profesionales, deberíamos encontrarnos
con una formación que nos enseñe la realidad de nuestra futura profesión, la
realidad de enfrentarnos a las aulas, conocer los problemas reales de unos
niños que estarán en nuestras manos y de los que seremos en parte, responsables
de su educación. Debemos formarnos
simultáneamente con los cambios, innovándonos con ellos, abrir nuestro “Maletín
del Maestro” para buscar las diversas formas de motivar a unos niños
influenciados por una sociedad individualista, hacerles ver que la formación no
sólo depende del docente, sino también de ellos, ayudados por un guía, el maestro,
al igual que éste tampoco debe dejarse llevar por los problemas que la sociedad
le plantea, recortes, leyes educativas extrañas y descompensadas, debemos ser
personas íntegras, fieles y comprometidas con nuestra vocación.
Debemos buscar un equilibrio, entre la necesidad de tener
unos conocimientos, que indudablemente son necesarios para nuestra
incorporación en la sociedad a la hora de conseguir un trabajo, y la forma de
obtenerlos, ahí es donde todos debemos aportar nuestro granito de arena,
buscando una enseñanza-aprendizaje didáctica, en todos los aspectos de nuestra
vida, hay que trabajar el antes, durante y después, para conseguir un pleno
desarrollo de nuestras vidas.