jueves, 4 de abril de 2013

El maletín del profesor


Hoy en clase de didáctica, hemos estado hablando sobre el contenido del maletín de los profesores.
Este maletín debe contener un curriculum, compuesto por muchos elementos, de los que se valdrá el maestro para desempeñar su función, y dependiendo de su contenido y de la utilidad que le dé, dependerá que sea considerado un buen o mal maestro, claro que esto puede ser algo subjetivo, dependiendo del punto de vista de cada persona.
El maestro llevará a las aulas ese maletín, dónde lo abrirá y sacará sus herramientas. Éstas aulas pueden ser sosas, secas, alineadas, por lo que los niños considerarán ésta “la clase” o bien configuradas a medida de ellos, con sus ideas, sus dibujos, sus colores, sus creaciones, siendo para ellos “su clase”.  Es importante que el maestro consiga un entorno feliz, dónde los niños se sientan cómodos como en sus casas, ya que allí pasarán muchas horas de su vida.
Otra de las herramientas que inevitablemente tiene que llevar un maestro, son los contenidos, que para los niños resulta aburridísimo, algo que hay que estudiar, sí o sí.  Ahí es donde un maestro debe conseguir, con sus herramientas, que esos contenidos llamen la atención del niño, buscando el interés de éstos con recursos varios,  y variadas actividades,  que motiven al niño.
Motivación, ¡que palabra más grande!  Siempre he pensado que la motivación era una característica más, innata del ser humano, sin que interviniera nadie más,  que motivarse dependía de nuestro estado de ánimo: alegre-motivada, triste-desmotivada. 
Llevo toda la tarde dándole vueltas y llego a la conclusión de que no es así, que es todo lo contrario, esté triste o alegre si hay algo que es aburrido y no hay nadie que me motive, no me llamará la atención, pero en cambio esté triste o alegre si hay alguien que me motive, despertará en mi un interés por atender, aprender y participar.
¿Cuántas veces me he dicho: ¡que desmotivada estoy, no tengo ganas de….!  Y llega alguien con una sonrisa, una palabra, un gesto, que te devuelve el interés, las ganas de…?
Por eso pienso que dentro de ese maletín, el maestro debe llevar un gran saco de motivaciones, y no dejar nunca de llenarlo, aprovechando cada pensamiento, cada palabra y cada acción de esos niños, que tanto pueden enseñarnos a nosotros.
Si los motivamos y conseguimos su interés, serán felices y eso nos hará felices a nosotros.

2 comentarios:

  1. Buena entrada, Maria José. La idea del maletín es una metáfora, naturalmente. En cuanto a la motivación, piensa en ella como lo que tú puedes hacer como maestra para despertar el interés de niños y niñas, y no se trata solamente de una especie de "actitud" (sonrisas, palabras de ánimo...) sino de algo mucho más profundo y profesional: cómo puedo manipular el currículum (contenidos, tareas, actividades, evaluación...) para, sin renunciar a que aprendan cosas valiosas, les guste hacerlo, les apetezca ir a la escuela.
    Conseguido eso, el resto es coser y cantar.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Miguel por tu comentario, haces que veas las cosas más fáciles. Un saludo

    ResponderEliminar