sábado, 8 de marzo de 2014

No sé como empezar a describir lo que siento después de observar las consecuencias de las calificaciones en mi entorno. Sinceramente me siento mal. Ni que decir tiene, y es una opinión mía, los alumnos podemos a llegar a ser los más egoístas del mundo, los más despotas, tanto con los profesores como con nosotros mismos. No sé como escribir para que no piensen que es un ataque directo o para que no crean que es por que yo he conseguido "buenas notas", pero la verdad que esa inmensa alegría de ver tu trabajo recompensado también supone una gran pena, no sé como expresarlo con palabras.
El esfuerzo que se realiza durante el proceso de enseñanza-aprendizaje por parte de docentes y alumnos debe ser común y acorde para ambos, ya que el docente se esfuerza en conseguir enseñarnos, nosotros deberíamos esforzarnos por aprender, por nuestro propio bien, para enriquecernos, para sentirnos plenos, debe llenarnos en todos los sentidos, no sólo para rellenar un casillero del expediente, pero he visto que eso no ocurre casi nunca, nuestra escala, "merezco más", está muy alta, pero la del "esfuerzo" está en el punto más bajo, claro está, es mi opinión y siempre hablando en términos generales, porque si atendemos a la diversidad, siempre existirán casos excepcionales.
 El profesor trabaja buscando que sus alumnos consigan ser autosuficientes, crean en lo que hacen, disfruten de lo que aprendan, busca que se interesen por su autoformación, pero llegada la hora de que cada uno reflexione sobre lo que ha conseguido con ello, su proceso de aprendizaje, nos volvemos egoístas, sólo pensamos en las calificaciones, en tener las mejores notas, todos nos creemos que merecemos más, ninguno piensa de verdad y objetivamente que es lo que ha hecho y cual ha sido realmente su interés, esfuerzo  y dedicación al trabajo realizado.
Con esto por supuesto no quiero que nadie se sienta aludido, solo intento que pensemos de verdad cual ha sido nuestro nivel de intervención en ese aprendizaje, siendo sinceros con nosotros mismos, algo muy difícil, lo sé, a ninguno nos gusta aceptar la realidad de nuestros errores, si los hubiera, es más gratificante pensar que nos hemos esforzado muchísimo para sentirnos bien con nosotros mismos, pero eso  es engañarnos, y no nos beneficia para nada, y ya no hablo solo en el terreno académico, es algo que debemos aprender a hacer en nuestra vida diaria, pues vamos a encontrarnos con muchas rocas en el camino, no todo son caminos de flores, nos vamos a encontrar con situaciones justas e injustas, por eso desde ya debemos aprender a ser sinceros con nosotros mismos, para que no nos afecte más de lo necesario las opiniones contrarias que realmente veamos injustas, porque nosotros mismos debemos ser  los primeros que realmente deberíamos criticarnos y felicitarnos, pensando de verdad, autosincerándonos con nosotros mismos, consensuando lo bueno y lo malo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario